dilluns, 5 de juny del 2017

CULTUS MAIORUM

Las creencias romanas en una vida después de la muerte

Los romanos no colocaban las tumbas en un lugar tranquilo y solitario, sino a orillas de las calzadas a la salida de las ciudades, donde los transeúntes podían contemplarlas y admirarlas. En Pompeya todavía podemos contemplar las tumbas a lo largo de las calzadas que salían hacia el norte desde la Puerta de Herculano y hacia el sur desde la de Nuceria.
Algunas eran grandiosas e impresionantes y parecían casas en pequeño; otras eran mucho más sencillas. Era una costumbre corriente decorarlas con guirnaldas de flores y colocar ofrendas de vino y comida delante de ellas.
El que enterraran a los muertos en las orillas de sus concurridas calzadas, en lugar de en cementerios tranquilos, no era por parte de los romanos una muestra de falta de respeto hacia aquéllos. Al contrario, creían que, si los muertos no eran debidamente enterrados y cuidados, sus espíritus se les aparecerían y les llegarían a causar daños. Era muy importante proporcionar al difunto una tumba o un sepulcro, donde su espíritu pudiera tener una morada. Pero también se pensaba que el muerto quería estar cerca de los vivos. Hay una tumba que tiene una inscripción: "Veo y contemplo a todo el que va y viene de la ciudad", y otra que dice: "Lolio ha sido colocado al borde del camino para que todos los transeúntes puedan decirle 'Buenos días, Lolio'".
Se creía que su actividad vital continuaba en cierta manera y por tanto había que abastecerlo de las cosas que necesitara. Un cazador querría tener su lanza, un agricultor sus aperos, y una mujer su huso. Si el muerto era inhumado, sus objetos personales eran enterrados con él; si era incinerado, se quemaban también con él.
Un escritor griego llamado Luciano cuenta la historia de un marido que había quemado en una pira funeraria todas las joyas y todos los vestidos de su esposa difunta, para que los pudiera tener consigo en el otro mundo. Una semana más tarde, cuando estaba intentando consolarse con la lectura de un libro sobre la vida en el más allá, se le apareció el espectro de su esposa. Ésta comenzó a reprocharle que no hubiera incinerado una de sus sandalias doradas, que, según decía ella, estaba debajo de un cofre. El perro de la familia comenzó a ladrar y entonces el espíritu desapareció. El marido miró debajo del cofre, halló la sandalia y la quemó.
Se pensaba también que los espíritus de los muertos tenían hambre y sed y por tanto había que proporcionarles bebida y comida. En la tumba se colocaban con regularidad ofrendas de huevos, judías, lentejas y vino. A veces se abrían agujeros en las tumbas para poder echar vino dentro. Se ofrecía vino porque era un sustituto apropiado de la sangre, la bebida favorita de los muertos. No obstante, durante el funeral y en ocasiones especiales se sacrificaban animales y se hacía una ofrenda con sangre.
Con todo, se pensaba que a pesar de esas tentativas por cuidar de ellos, los muertos no llevaban una existencia muy feliz. Para ayudarles a olvidarse de esa infelicidad, sus tumbas se adornaban frecuentemente de flores o eran rodeadas de jardincillos, costumbre que ha perdurado hasta nuestros días, aunque haya cambiado su significado original. Con éste mismo fin, la familia y los amigos del difunto celebraban un banquete después del funeral y en el aniversario de su muerte. Unas veces estos banquetes tenían lugar en un comedor adosado a la tumba misma, otras en el hogar de la familia. Se creía que los espíritus de los muertos prestaban atención a estos acontecimientos festivos y disfrutaban con ellos.
Había también algunas personas que creían en un mundo de ultratumba donde los malos sufrían castigos por las malas acciones cometidas durante su vida y donde los buenos vivían dichosos eternamente. Se contaban relatos sobre el castigo sufrido por malhechores famosos como el malvado Titio, a quien unos buitres le desgarraban a picotazos el hígado, y el de las hijas de Dánao (las Danaides), que fueron condenadas a echar eternamente agua en unas ánforas que no tenían fondo.
Las personas que no creían en alguna forma de vida después de la muerte eran pocas. Eran los seguidores de un filósofo griego llamado Epicuro, que enseñaba que, cuando alguien moría, el espíritu que le daba vida se disolvía en el aire y se perdía para siempre. Los hombres, por tanto, no tenían por qué temer el mundo del más allá, y podían dedicar todas sus fuerzas a sacar el mejor partido de éste.

El ritual de un entierro romano

El entierro de un romano de elevada condición económica y social sse caracterizaba por la solemnidad del ritual. Delante de la comitiva fúnebre (pompa), iban los esclavos tocando flautas, trompas y trompetas, los portadores de antorchas, las plañideras profesionales, los bailarines y los mimos.
Ceremonia de un entierro
"Cuando se ha retirado el cadáver de la casa, se le conduce hacia el foro con los restantes ornamentos, delante de la tribuna, permaneciendo todos los asistentes alrededor; si el difunto deja un hijo mayor de edad y se encuentra presente, éste, y si no, algún otro pariente, sube a la tribuna y habla de las virtudes del fallecido y de las gestas que llevó a cabo en vida. Después de este acto entierran el cadáver y, cuando han cumplido los ritos habituales, colocan una estatua del difunto en un lugar visible de la casa, en una hornacina de madera.
En las festividades públicas exponen las imágenes cuidadosa-mente colocadas. Cuando muere algún otro familiar ilustre, también las sacan en el entierro y las colocan encima del rostro de personas que se les parezcan en estatura y en el físico y son conducidos sobre carros precedidos de los haces, las hachas y las demás insignias que les solían acompañar en vida, de acuerdo con la categoría de cada uno y con su actividad política."
POLIBIO, 6,53, 1-8
Junto a la tumba situada en una de las vías que conducían a la ciudad, tal como mandaba la ley, se incineraba el cadáver. Sobre la pira se colocaba el muerto dentro de su ataúd. Los familiares y los amigos ponían en él los objetos que habían sido del agrado del difunto; le abrían y cerraban los ojos por última vez, le daban un beso de despedida y un pariente o amigo encendía la pira, adornada con flores y recipientes de perfume.
En los cementerios de las grandes ciudades, solía haber un horno crematorio qu facilitaba las tareas de la incineración. Cuando las llamas se extinguían, las brasas eran apagadas con vino, y los huesos que quedaban se recogían, se untaban con ungüentos perfumados y eran depositados, juntamente con las cenizas, en una urna funeraria. Las urnas funerarias eran unos recipientes con tapadera, de diversas formas y materiales (de plata, plomo, vidrio, cerámica, etc.)        
     
Diferentes tipos de enterramientos de los romanos
 
Sobre la vida de ultratumba, los romanos tenían unas creencias que coincidían en gran parte con las de los griegos.
Hasta el siglo II de nuestra era, en que se generalizó la inhumación de los cadáveres, la forma de enterramiento más usual fue la incineración. De hecho las dos formas coexistían, pero generalmente la inhumación era reservada a la gente pobre y los esclavos, mientras que la incineración estaba reservada a los miembros de familias nobles o acomodadas.
 
Incineración e inhumación
 
"Me parece que el tipo de sepultura más antiguo es aquél en que el cuerpo retorna a la tierra y, después de ser depositado ahí, es cubierto por ella como si fuera un manto maternal. Sabemos que la estirpe de los Cornelios usó este tipo de sepultura hasta hace poco. Sula, después de su victoria, mandó que fueran esparcidos los restos mortales de Gayo Mario que estaba sepultado junto al río Anio. Y no sé yo si porque temía que lo mismo le sucediera a su cuerpo, lo cierto es que él fue el primero de los patricios Cornelios en ser incinerado.
La Ley de las Doce Tablas dice: 'Que no se entierre ni se incinere un hombre muerto dentro de la ciudad'. Creo que esto último es a causa del peligro de incendio."
CICERÓN, Las Leyes, 2, 22-23
Las tumbas más lujosas eran sepulcros monumentales, o mausoleos en forma de templo,  de torre o de casa.  Las  tumbas más modestas eran las fosas comunes, las individuales y los columbarios. Encima de las fosas individuales podía haber diversos tipos de monumentos funerarios:
  • una estela o una piedra con el nombre del difunto;
  • un pedestal con la dedicatoria correspondiente;
  • un ara en cuyo interior se guardaba la urna funeraria;
  • una copa de piedra en forma de baúl o hecha de tejas cubiertas de mortero imitando la misma forma. A veces, un agujero en el exterior del sepulcro comunicaba con la cavidad interior y se utilizaba para echar ofrendas que simbólicamente consumía el difunto.
Los columbarios eran criptas excavadas en la piedra viva, o construidas de obra, en cuyo interior había nichos u hornacinas parecidos a los nidos de un palomar. Ahí se colocaban las urnas cinerarias.
A principios del siglo II d.C., la incineración de los cadáveres fue progresivamente sustituida por la inhumación. Esto hizo que, en lugar de utilizar urnas funerarias, se extendiera la costumbre de enterrar a los muertos en cajas de madera o de piedra, de las que derivaron los sarcófagos esculpidos que, por otro lado, ya se conocían en el área del mundo helenístico y en Etruria. Los sarcófagos normalmente formaban parte de monumentos funerarios, construidos junto a las vías romanas.
Los temas de su decoración se referían simbólicamente a la muerte, que era interpretada como una violación o un rapto que sufre la vida. Más adelante, esta decoración se redujo hsta generalizarse unos surcos ondulados (strigiles) por toda su superficie. De aquí proviene el nombre de sarcófagos estrigilados. Con la implantación del cristianismo, juntamente con la técnica anterior, se incorporan a los sarcófagos relieves con escenas inspiradas en la Biblia o en los Evangelios.
Otras formas de enterramiento más modestas y sencillas pueden sustituir a los sarcófagos; por ejemplo, las cajas hechas con losas de pizarra, con tejas usadas o con ánforas reutilizadas. Los enterramientos hechos con tejas formaban una caja de sección triangular. Las tegulae, o tejas planas con los bordes levantados,  estaban unidas mediante imbrices, o tejas acanaladas, para evitar filtraciones por las junturas de las tejas planas. Las sepulturas hechas con ánforas, a las que se les rompía el cuello, eran usadas especialmente para los cadáveres de niños. Si se empleaban para guardar los restos de adultos, tenían que incrustarse varias de ellas, unas con otras, hasta conseguir la longitud necesaria del cadáver que había que sepultar.

Las inscripciones funerarias de los romanos
 
Muchas de las inscripciones funerarias de los romanos empezaban con una invocación a los dioses Manes, o espíritus de los muertos. Efectivamente, en muchísimas inscripciones se encuentra la abreviatura D.M.S., es decir, Dis Manibus Sacrum ("Consagrado a los Dioses Manes"). Es raro que figure el día de la muerte, pero acostumbra a indicarse la edad del finado, a veces incluso con especificación de los meses y los días. Además del nombre del difunto suele aparecer el nombre del familiar que encarga la lápida. Casi siempre se encuentra una expresión afectuosa para con el difunto: queridísimo, benemérito, etc. Jamás aparecen los deseos de la persona enterrada, hecho que demuestra la poca fe que tenían en una vida futura. Normalmente están grabadas las iniciales H.S.E., -Hic Situs Est- ("aquí está enterrado"), o S.T.T.L., -Sit Tibi Terra Levis- ("que la tierra te sea leve").
El hecho de que incluso las personas más humildes deseasen poseer una sepultura y unas exequias dignas provocó, en todo el imperio, la aparición de asociaciones que tenían como fin primordial recoger un fondo común a base de pequeñas cuotas mensuales para sufragar los gastos del entierro y de los funerales de cada asociado.

diumenge, 28 de maig del 2017

INSCRIPTIONES TARRACONIS

Texto: 

FABIAE SATURNINAE UXORI OPTIMAE C(aius) BAEBIUS MYRISMUS SEVIR AUGUST(alis) 

Traducción:

A Fabia Saturnina, la más buena de las esposas. Cayo Bebio Myrismo, Sevir augustal.



LOS DERECHOS ROMANOS

Història del dret romà

En el primer dels sentits que hem exposat a la pàgina anterior, podem definir el

dret romà com el conjunt de normes legals que es va anar elaborant al llarg dels

segles que va durar la història de Roma.

En la formació i el desenvolupament del dret romà podem distingir les tres etapes

que veurem a continuació.

Des de la fundació de la ciutat (754 aC) fins al final

de la Segona Guerra Púnica (201 aC)

En els primers temps, Roma era una ciutat Estat d’escassos territoris en els quals els

habitants es dedicaven bàsicament a fer de pastors i a l’agricultura. La societat esta-
va organitzada en dos grans blocs: patricis i plebeus.

El populus romanus Quiritium estava format únicament pels patricis, anomenats

així perquè eren descendents dels patres o fundadors. Segons la tradició, el mateix

Ròmul el va dividir en tres tribus: ramneses, titienses i luceres, en record dels tres

pobles que van donar origen al poble romà: llatins, etruscs i sabins; cada tribu, al seu

torn, estava dividida en 10 cúries i cada cúria en 10 decúries. Aquestes cúries tenien

la seva pròpia asseblea (els comicis curiats, comitia curiata) i els seus caps formaven

el Senat, òrgan assessor del rei, i que, entre altres funcions, tenia la d’escollir el rex.

Al costat d’aquest populus romanus hi havia la plebs, els components de la qual pro-
venien de pobles limítrofes i tenien alguns drets però els en faltaven d’altres. A més

d’aquesta plebs, hi havia els clients, adscrits a la protecció dels patricis.

En aquesta primera etapa el dret es coneix amb el nom de ius civile o ius Quiritium,

perquè només afectava els ciutadans, és a dir, persones amb dret de ciutadania, que

els plebeus i els estrangers no tenien.

Des del final de la Segona Guerra Púnica fins a la mort

d’Alexandre Sever (235 dC)

És l’època de més expansió de Roma, en què deixa de ser una ciutat Estat i esdevé

una capital, una potència mundial, on van molts visitants anomenats peregrini, que

no són ciutadans romans i, per tant, no tenen ius civile i, d’altra banda, no coneixen

les normes i les lleis de la ciutat, fer que crea un seguit de problemes als quals el ius

civile no pot donar resposta.

El tracte dels romans amb altres pobles, especialment els itàlics, els va permetre

conèixer algunes idees i institucions jurídiques, que interpretades per l’esperit pràc-
tic romà, van donar origen al dret de gents ius gentium, que es pot definir com un

ius civile aplicable també als estrangers. Hi va contribuir d’una manera decisiva la

creació del praetor peregrinus (242 aC), càrrec polític investit de jurisdicció tant en

les controvèrsies entre estrangers com entre aquests i els ciutadans romans. La

jurisprudència d’aquests magistrats va donar origen al ius honorarium, introduït pels

pretors per suplir les carències del ius civile.

Des de la mort d’Alexandre Sever (235 dC)

fins a Justinià

Quan va morir Alexandre Sever, l’Imperi va entrar en una profunda crisi, les lluites

entre generals, les revoltes militars i les guerres amb els pobles fronterers, cada

vegada més freqüents, van fer trontollar els fonaments de l’Imperi que havia acon-
seguit sobreviure gràcies a emperadors com Dioclecià (284-305) i sobretot Cons-

2

DEFINICIÓ I HISTÒRIA DEL DRET ROMÀ

Lex coloniae genetivae Iuliae, atorgada

per Marc Antoni l’any 43 aC,

recollida en cinc plaques que

es coneixen com Bronze d’Osuna.

Museu Arqueològic Nacional,

Madrid.

125417U21p232a241.qxd 21/5/08 04:13 Página 234

El dret romà 235

tantí (305-337), que va desplaçar la capitalitat de l’Imperi a Bizanci, anomenada

Constantinoble en honor del seu refundador.

Tot i que el nou centre del poder estava situat a Orient, el llatí va continuar essent

la llengua oficial dels tribunals i el dret romà va sobreviure en forma de col·leccions

i compilacions.

Fonts del dret

Les fonts que van originar aquesta gran creació de Roma ens les posa de manifest el

jurista romà Gai en aquesta definició:

Constant autem iura populi romani ex legibus, plebiscitiis, senatus consultis, constitutioni-
bus principum, edictis eorum qui ius edicendi habent, responsis prudentium. «Els drets

del poble romà neixen de les lleis, els plebiscits, els decrets del Senat, les constitu-
cions imperails, els edictes dels que tenen capacitat per promulgar lleis, les respos-
tes dels experts.»

Mos maiorum (el costum dels avantpassats)

El dret en la primera època, fins a la publicació de la Llei de les XII taules, és un dret

no escrit, consuetudinari, regit pel mos maiorum (costum dels avantpassats) en el

qual el pes de la religió ho envaeix tot. El pater familias, cap absolut de la família,

també n’és el sacerdot, com el rex, cap absolut de la ciutat, és el summe sacerdot de

la gran família que és l’Estat.

D’altra banda, determinats col·legis sacerdotals, sobretot el dels Pontífexs, controla-
ven i regulaven tota l’activitat jurídica, ja que eren els encarregats de confeccionar el

calendari en el qual s’indicaven els dies fastos i nefastos, és a dir, els dies en què es

podia o no fer qualsevol activitat jurídica. Dret i religió estan tan identificats que els

seus termes, ius i fas (que després van designar el dret humà i el dret diví, respecti-
vament), en aquesta època no estan clarament diferenciats, tots dos expressen que

un acte està d’acord amb la voluntat dels déus.

La Llei de les XII taules

La reforma de la societat impulsada per Servi Tul·li obligava la plebs a pagar impos-
tos i a fer el servei militar, però no li concedia cap dret. L’any 494 aC, la plebs es va

revoltar contra aquesta situació, es va retirar al Mont Sacre i va amenaçar de fundar

una nova ciutat si no s’atenien les seves reivindicacions. Aquesta postura de força

va obligar els patricis a una sèrie de concessions, entre altres, a crear els tribuns de

la plebs (tribuni plebis), uns magistrats plebeus escollits pels mateixos plebeus, que

havien de vetllar pels interessos i els drets de la plebs. Dirigits pels tribuns, els ple-
beus es reunien en assemblees (concilia plebis) en les quals adoptaven les seves prò-

pies decisions: plebiscits. Un dels primers objectius que van tenir va ser fixar el dret

en unes lleis escrites.

A proposta del tribú Terentí Arsa, es va crear una comissió encarregada de preparar

aquestes lleis i, segons la tradició, va ser enviada a Grècia amb la finalitat d’estudiar

le slleis que Soló havia establert allà. L’any 451 aC es van suspendre les magistratu-
res normals i es va crear un govern de 10 persones amb poder per governar l’Estat i

redactar les lleis: són els decemviri legibus scribundis. L’any 450 aC es van publicar

les deu primeres lleis i, l’any següent, dues més. La llei es coneix amb el nom de Llei

de les XII taules perquè van ser escrites sobre unes taules de bronze i es van exposar

al fòrum per fer-les públiques.

3

DEFINICIÓ I HISTÒRIA DEL DRET ROMÀ

125417U21p232a241.qxd 21/5/08 04:13 Página 235

236 unitat 21

La Llei de les XII taules, fons publici privatique iuris, «font del dret públic i privat»,

segons l’expressió de Tit Livi, és la base de tot dret posterior, no tant perquè esta-
bleix un dret nou com perquè fixa l’antic i el determina amb claredat i precisió.

Gràcies a la publicació i l’entrada en vigor d’aquestes lleis, el dret perd el caràcter

sagrat, disminueix la influència de l’estament sacerdotal, es comencen a marcar les

diferències entre el dret públic i el privat, i els plebeus van prenent als patricis els

privilegis, un rere l’altre.

Els plebiscits

Eren les decisions de la plebs, preses en les seves assemblees (concilia plebis). En

principi, obligaven només els plebeus, però, a partir de la Llei Hortensia (287 aC),

van adquirir categoria de llei i, per tant, l’obligació d’acatar-los es va estendre també

als patricis.

Tot i que els plebiscits van perdurar fins a temps d’Adrià, van perdre importància

amb el final del sistema republicà.

Els senatus consulta (els dictàmens del Senat)

El Senat va ser l’òrgan constitucional més important i influent durant la República.

Estava format per uns 300 membres i el càrrec tenia caràcter vitalici. El Senat era

un òrgan de caràcter consultiu, però era tant el pes de la seva autoritat que, encara

que les seves decisions, els senatconsults, no tinguessin categoria de llei, no hi ha-
via cap magistrat que s’atrevís a desobeir-les. En els últims temps de la República i

principis de l’Imperi, els senatconsults són equiparats a les leges i, finalment, perden

tot valor legal amb Caracal·la (segle III).

Edicta magistratuum (edictes dels magistrats)

Els magistrats que tenien ius edicendi, és a dir, dret a adreçar-se al poble

per proposar lleis, quan entraven en l’exercici del càrrec, promulgaven uns

edictes, una mena de programa de govern, en els quals establien els prin-
cipis que regirien durant el temps que durés el seu càrrec. Aquest edicte

rebia el nom d’edictum perpetuum i era vigent durant tot l’any que durava

la magistratura. Per formar el dret, van ser molt importants els edictes dels

pretors, magistrats sobre els quals requeia la tasca d’administrar justícia

entre els ciutadans (praetor urbanus) o bé entre les ciutadans i els estran-
gers (praetor peregrinus). Aquest dret, que s’anomenava ius honorarium, va

tenir més auge en els últims temps de la República, fins que, quan es va

establir l’Imperi, va ser substituït per les constitutiones principum, terme

que engloba totes les disposicions legals que provenien del gabinet de

l’emperador.

Responsa prudentium (respostes dels experts)

Ja en època antiga hi havia la figura de l’expert coneixedor de les lleis, pe-
rò aquest coneixement va estar reservat primer als pontífexs i després als

patricis. Els plebeus només hi van tenir accés quan es va publicar la pri-
mera compilació de lleis, feta per Apli Claudi el Cec.

Durant el període republicà, també hi havia la figura del jurista encarregat

d’assessorar i respondre les preguntes de particulars i fins i tot de magistrats,

però aquestes respostes es donaven en privat, no tenien suport oficial i, per

tant, no tenien força per obligar ningú.

Ruïnes de la basílica de Magenci,

a Roma (començada al segle IV dC).

DEFINICIÓ I HISTÒRIA DEL DRET ROMÀ

125417U21p232a241.qxd 21/5/08 04:13 Página 236

El dret romà

EL EJÉRCITO ROMANO

El verdadero creador del ejército moderno fue Mario porque hizo que el ejército fuera del pueblo y para el pueblo. La base de la organización del ejército es la legión que se compone de seis mil Hombres divididos en centurias, manípulos y cohortes.




Los principes son los mejores soldados, los principales porque la defensa de los hastati falla, levantan los hastati los levantan y pasan los príncipes. Siempre son gente adulta y fuerte.Los hastati llevan hastae que son unas lanzas muy grandes e impiden que el enemigo se acerque a ellos y los pueda atacar
En caso de que los principes no puedan resolver el ataque, los triari son los que siempre se quedan atrás porque son los que cuidan de las situaciones mas difíciles.
Y entonces la cohorte pasa a ser la legión.
La organización del ejército se basa en una disciplina de hierro.
Se recluta para el servicio militar a todos los ciudadanos incluidos los proletarii, que eran los mas pobres.
Armas:
-          De caballería. Llevan el contus, que es una lanza ligera, y el parma, que es un escudo.  

-          De infantería. Son hasta, que es una lanza reservada para los hastati, pilum  que es una jabalina que tiene 2 m de los quales 1 es de madera y el otro de hierro que pesa 1200 g y llega hasta 30 m y se lanza con una correa. El gladius es una espada de medio metro que tiene dos filos y una punta. El scutum es un escudo generalmente oval, es de madera, está cubierto de pieles y tiene los bordes de metal para reforzar. Las pieles dan al centro del escudo y donde se juntas las pieles se llama umbilicus. Es muy ligero y fácil de transportar. Llevan una lorica, que es una coraza.
-          De unidades ligeras. Las unidades ligeras suelen ser o arqueros que se colocan detrás de las de infantería o bien honderos. Llevan también un casco especial anomenado galea y un pequeño escudo generalmente colocado en la espalda

SOCIETAT RELIGIOSA I CIVIL A LA ROMA ANTIGA

En els primers temps tots els descendents d’un avantpassat comú per línia masculina formaven un grup polític, familiar i religiós anomenat gens. A partir del segle IV aC, d’aquesta institució, cada vegada més nombrosa, sorgeix la família. Formaven
la família tots els membres subjectes a l’autoritat del pater familias, «pare de família»: la mare, els fills, els néts i altres descendents, i, a més, els esclaus. La paraula família, derivada de famulus, ‘serf’, en origen significava el conjunt dels esclaus d’una casa.
A causa de l’enorme pes de la religió, hem de considerar la família romana no només com una societat civil, sinó també com una societat religiosa.

  • La família com a societat religiosa
L’ erudit francès Fustel de Coulanges, en l’obra La ciutat antiga, definia la família com «un grup de persones a les quals la religió permetia invocar la mateixa llar i oferir menjar fúnebre als mateixos avantpassats». Entre les persones que formaven aquesta societat religiosa no hi havia l’esposa, si no renunciava prèviament al culte a la seva pròpia família, cosa que només passava si el matrimoni s’havia celebrat sota la fórmula cum manu.
El summe sacerdot d’aquesta petita comunitat era el pater familias; a ell, i només a ell, li corresponia celebrar els ritus familiars, i entre les seves obligacions es trobava la de conservar-los i transmetre’ls als seus descendents a través d’un fill masculí.

  • Déus privats
A més dels déus oficials de l’Estat, cada família tenia els seus propis:
• Lar familiar. Era el déu protector de la casa, representat pel foc domèstic, al qual es venerava al lararium, una petita capella situada a l’atri de la casa.
• Penats. El nom deriva de penus (rebost); eren déus protectors dels queviures de reserva de la família; se’ls solia representar com dos joves que tenien a les mans el corn de l’abundància.
• Manes. Ànimes dels difunts als quals anualment se’ls feia ofrenes de flors, llet, vi i mel, bé per l’aniversari de la seva mort, bé per les festes Parentalia que se celebraven
al mes de febrer.
• Genius. Era l’esperit protector del pater familias com a generador i continuador de l’estirp familiar. Se l’acostumava a representar amb forma de serp. Les dones tenien la deessa Juno com a geni comú.

  • La família com a societat civil
La família constituïa també una societat civil d’estructura patriarcal sobre els membres de la qual manava el pare amb una autoritat pràcticament absoluta. Aquesta autoritat rebia el nom de patria potestas. Gràcies a aquesta autoritat del pater familias sobre tots els membres de la família, el pare tenia alguns privilegis:
• Tenia autoritat sobre la dona.
• Podia acceptar o refusar un fill recent nascut.
• Tenia autoritat sobre els fills, que arribava fins i tot al dret a la vida o a la mort.
• Era l’amo absolut de la propietat familiar (patrimoni) i l’únic que tenia capacitat per comprar o vendre.
• Era l’únic de tota la família que tenia personalitat jurídica.Amb el temps, la patria potestas es va anar debilitant, i en l’època de l’Imperi ja només era un record del que havia estat, encara que el pare va continuar mantenint algunes prerrogatives, com ara la d’acceptar o refusar un fill recent nascut, que no va desaparèixer fins que es va imposar el cristianisme.

  • Els fills
Quan naixia un fill, la comadrona el dipositava als peus del pare. Si ell l’alçava en braços, manifestava públicament que l’acceptava; si es girava d’esquena i el deixava a terra, el recent nascut era exposat (abandonat) a la porta de la casa o en algun lloc destinat a tal efecte, on podia ser recollit per qualsevol persona. Alguns els salvaven per convertir-los en esclaus, si eren nens, o prostitutes, si eren nenes. Els febles i els que tenien alguna deformitat eren eliminats o símplement se’ls deixava morir. Després de vuit dies per a les nenes, i nou dies per als nens, es feia un acte de purificació, la lustratio, cerimònia en la qual el fill s’incorporava a la societat religiosa familiar, se li posava nom i se l’inscrivia en el cens dels ciutadans. El nom dels nens constava de tres components:
• Praenomen. Era el nom personal i generalment s’escriu abreujat. El nombre de noms era molt reduït: segons Varró no n’hi havia més de 30, i inicialment devien ser encara menys, ja que alguns dels habituals tenen l’origen en un adjectiu ordinal: Quintus era el cinquè fill; Sextus, Septimius, Octavius eren el sisè, el setè, el vuitè, etc.
• Nomen. Era el nom comú a tots els membres de la gens. Caius Iulius Caesar indica que Cèsar pertanyia a la gens Júlia.
• Cognomen. És un sobrenom que té l’origen en algun defecte físic: Brutus, Balbus (quec); o en el lloc de naixement: Collatinus (nascut a Col·làcia), Coriolanus (nascut a Coriols); o en un fet heroic: Corvinus (perquè va derrotar un enemic amb l’ajut d’un corb), Torquatus (per haver vençut un gal i haver-li arrabassat el torques o collaret), etc. Així, en Marcus Tulius Cicero, nom de l’orador romà més famós, Marcus és praenomenTulius, el nom de la gens, i Cicero, que significa cigró, sembla que ve del sobrenom amb què va ser conegut l’avi de Ciceró perquè tenia una berruga a la cara semblant a un cigró. Les nenes només tenien un nom, normalment el del pare; quan en una família hi havia més d’una nena amb el mateix nom, per evitar equívocs, s’hi acostumava a afegir maior (la gran) o minor (la petita).
Alhora que es posava nom a les criatures, se’ls penjava al coll la bulla, una caixeta amb amulets per protegir-los del mal d’ull, que portaven fins al dia que, als 16 o 17 anys, es treien la toga praetexta i es posaven la toga viril. Aquest acte constituïa la majoria d’edat, el pas a ciutadans, i les famílies ho celebraven amb una gran festa.